Mourinho vs. Guardiola: Inter vs Barcelona J1 Fase de Grupos UCL 2009 2010

El primer enfrentamiento entre Mourinho y Guardiola

Como sabéis, en La Locura de Bielsa estamos realizando un serial sobre la histórica rivalidad entre Pep Guardiola y José Mourinho, y tras contaros todo sobre aquel Barcelona y aquel Inter, vamos a meter el bisturí en el primer enfrentamiento en los banquillos entre dos de los entrenadores más exitosos de todos los tiempos.

El 16 de septiembre del año 2009 el vigente campeón de la competición, el Barcelona de Pep Guardiola visitaba el Guiseppe Meazza en el contexto de la Primera jornada de la Fase de Grupos de la UEFA Champions League en un partido que arbitró el alemán Wolfgang Stark. El campeón español contra el italiano. Veamos las alineaciones.

El Inter de Mourinho era un equipazo. El de Setúbal apostó por fortalecer el centro del campo, absorber el empuje culé en esa parcela y tratar de buscar los espacios a la espalda de la defensa contraria con la velocidad y movilidad de Eto’o, la garra y el empuje de Milito y la calidad diferencial de Sneijder en la media punta.

Los culés presentaban un equipazo para defender la Champions que habían levantado en Roma. Este es el once de gala con la salvedad de Busquets e Iniesta, que son dos ausencias de calado sin ningún tipo de duda, pero un equipo perfectamente capaz de ganar a cualquiera. El Barcelona de Guardiola era hegemónico, pero se iba a enfrentar a una de sus bestias negras.

La primera parte, mucho más igualada de lo que parece

El partido comenzó intenso, como no podía ser de otra manera, pero con un contexto muy diferente al que uno esperaría, se trató de un encuentro que el Inter de José Mourinho supo llevar a la parte física donde pudo igualar el excelso fútbol de los de Guardiola con garra, lucha y, no lo olvidemos, mucha calidad. Echemos un vistazo al esquema de juego en esta primera parte:

Tal y como vemos arriba, la acumulación de jugadores neroazzurri en el centro del campo dificultó muchísimo el juego del Barcelona, que notó mucho las ausencias de Iniesta y Busquets, y no pudo imponerse en las zonas verdaderamente peligrosas del terreno interista. Dominando con mano de hierro la zona en amarillo, el Barcelona solo tenía la pelota alrededor de este sector, pero le fue casi imposible percutir.

Además, los de Mourinho consiguieron generar situaciones en las que las transiciones eran una amenaza muy a tener en cuenta por lo importante de las opciones en ataque del Inter, buscando siempre atacar la espalda de la defensa blaugrana tal y como se ve en el esquema; esos metros entre Valdés y la pareja de centrales, Piqué y Puyol, eran muy delicados.

El partido llegó 0 a 0 al descanso sin que viéramos grandes ocasiones en ninguno de los dos conjuntos, salvo alguna opción aislada como una conducción y disparo de Messi en los primeros minutos o un buen disparo de Maicon en el 11 que se fue ligeramente alto.

Todo cambió en la segunda mitad

En cambio, en la segunda parte conforme avanzaba el reloj fuimos encontrando un partido más parecido a lo que esperábamos. Los pupilos de Mourinho se fueron replegando cada vez más, ocupando posiciones más cercanas a las inmediaciones de Júlio César. El esquema mutó del 1-4-3-1-2 inicial a un 1-4-4-1-1 con Eto’o y Milito cada vez más descolgados y buscando balones prácticamente imposibles a la espalda de los centrales.

Los laterales de Mourinho, Maicon y Chivu se iban cerrando progresivamente mientras Walter Samuel y Lucio se medían en cada jugada a cara de perro contra su ex compañero Ibrahimovic. La amplitud que daban Henry por la izquierda y Alves por la derecha fue cerrada por Zanetti y Stankovic que entró al campo por Muntari en el minuto 61.

La superioridad culé fue manifiesta, dominando más que en la primera, pero sin llegar a ser la apisonadora que todos recordamos, no fue este el mejor partido del Barcelona de Guardiola ni mucho menos. Faltaba profundidad y creatividad en el medio.

No fue hasta el minuto 76 que Guardiola retiró a Henry y puso a Iniesta en su lugar, sabiendo que el manchego no estaba para más de 15 minutos, pero muy necesitado de su magia en tres cuartos de campo. Pero todo hace indicar que Mourinho previó aquel movimiento porque justo después dio entrada a Davide Santon, lateral izquierdo al que dirige en la actualidad en la Roma, por Wesley Sneijder para cerrar el sector izquierdo, compactar a su equipo aún más y terminar el partido con aquel definitivo 0 a 0.

Un empate a cero que hace justicia a lo visto en el terreno de juego y que sería la primera entrega de esta mítica rivalidad, aunque por aquel entonces difícilmente lo podíamos imaginar.