El Villarreal sufrió el debut en Champions de Vlahovic
Esta Juve es otra. La presencia sobre el campo de Dusan Vlahovic y la influencia que tuvo en la gran mejora que demostraron los de Allegri va mucho más allá del su capacidad de remate o del gol, nos habla de un equipo que por fin tiene un jugador que puede resolver favorablemente circunstancias muy adversas. Ya os dejé un análisis sobre sus condiciones en una edición del podcast.
Tal y como os adelanté en la previa que le dedicamos a esta ronda de la UEFA Champions League, este iba a ser para mi uno de los partidos más destacados y de ahí que os ofrezca este análisis tan pormenorizado.
El Villarreal tiene un planteamiento que se corresponde con lo que siempre ofrece: buen fútbol, toque, tratar de ocupar posiciones peligrosas en tres cuartos donde tienen una combinación de jugadores con buen pie y otros con buena velocidad y hambre. Un equipo peligroso el Submarino Amarillo.
No podemos contaros a qué salió la Juventus porque Dusan Vlahovic tardó 34 segundos en demostrar que es un claro candidato a mejor delantero del mundo haciendo un gol imposible a la media vuelta con la pierna mala en un alarde de precisión terrible. Este equipo es otro bien diferente con el serbio.
Los de Emery no acusaron tanto el golpe como cabría pensar, se recompusieron y tomaron la batuta: solo quedaba atacar y atacar, y en eso el Villarreal es un gran equipo. Tuvo dos ocasiones claras en los primeros treinta minutos, una jugada elaborada que terminó en un remate a la cruceta de Lo Celso, y poco después Danjuma casi hace el gol de la jornada al rematar de espuela en mitad del área un gran pase de Chukwueze desde la derecha.
Es muy interesante cómo Allegri ha sido capaz de engañar a todo el mundo y conformar una defensa de tres donde De Ligt es el líbero y dos laterales muy ofensivos de profesión como Alex Sandro y Danilo funcionaron como dos relojes suizos actuando como “stoppers” en esa línea de tres, con la tranquilidad de que el 4 de la Juve controlaba todo a sus espaldas. Una gran solución que nos recuerda lejanamente a lo que propuso el técnico italiano en la Final de la UEFA Champions League de 2017, también en el equivalente que podríamos establecer entre Morata y Mandzukic como delantero escorado a banda.
Las fases del juego eran parejas, un equipo tenía la pelota y el otro se replegaba buscando una contra. Así una vez y otra, de manera alternativa, hasta que el alemán Daniel Siebert pitó el final de la primera mitad.
Ya en la segunda parte, mientras Emery optó por formar el mismo equipo, Allegri dio entrada a Bonucci por Alex Sandro para jugar en el centro de la línea de tres desplazando a De Ligt a la parte izquierda. Este segundo tiempo comenzó de la misma manera que el primero, con una ocasión de la Juve tras una transición en un balón largo, que en este caso le cayó a Morata en el área pero no remató con precisión el delantero español.
La Juventus salió más arriba, tratando de apretar la salida de balón del Villarreal, ya con un sustento mucho más fiable en esa línea defensiva, Morata algo más centrado y en general siendo superior al Villarreal desde la intensidad y un fútbol directo de muchos quilates donde la simple presencia de Vlahovic y su duelo constante con Albiol y Pau Torres nos dejó lo mejor de la noche.
Las cosas que hizo bien el Villarreal en la primera parte fueron desapareciendo y dando paso a un escenario controlado por la Juventus no porque necesariamente generara mucho peligro, sino porque todo aquello que ocurría era porque así lo quería la Vecchia Signora. La más clara del Villarreal en este tramo nació de una conducción de Lo Celso que acabó en Pedraza sobre la izquierda, poniendo un pase al medio que remató como pudo Alberto Moreno directamente a las manos de Sczesny.
En torno al minuto sesenta ya estaba visto que para los intereses del conjunto español aquello no daba más y necesitaba que Emery moviera el banquillo y agitara las cosas. El partido, a mi entender pedía a Yeremy Pino, ya que Chukwueze había puesto en bastantes aprietos a De Sciglio por aquel sector y un jugador fresco y eléctrico por ahí podría ser dañino, pero el técnico vasco se guardó los movimientos para más adelante.
Justo en ese momento vino el empate. Albiol ya le venía ganando varios duelos a Vlahovic y en el 65 en un ataque organizado Capoué se vistió de Parejo y dio un pase tocado perfecto a la entrada precisamente del 5 que se vio solo en el área y definió perfecto ante el portero polaco.
Acto seguido Allegri quitó a Locatelli y metió a Arthur. Jugador por jugador, misma posición y función pero Arthur es algo más capaz en organización que el centrocampista italiano. Unos minutos después vio amarilla Rabiot por una falta durísima sobre Chukwueze que podría haber sido roja perfectamente, teniendo que mostrar el colegiado otra amarilla a Rulli por las protestas.
En el 77 Emery retiró a Alberto Moreno y a Pedraza para meter a Trigueros como interior y a Pervis Estupiñán como lateral. El rol de Trigueros es netamente diferente al del ex de Liverpool y Sevilla, tiene una mayor influencia en la zona de creación pero menos profundidad.
Inmediatamente después Allegri movió el banquillo. Quitó a McKennie que se fue muy dolorido y entró otro fichaje del conjunto de Turín: el suizo Denis Zakaria, un jugador muy físico pero no exento de técnica y que era muy pretendido por algunos de los grandes equipos de Europa, y que me parece que en la Juventus lo puede hacer muy bien.
La etapa de efervescencia del Villarreal tras el gol se fue yendo, pero el partido ya era distinto, con la Juventus más atrás siendo muy presionada en la salida. No obstante en el 84 volvió a aparecer Vlahovic que se dio la vuelta a la velocidad de la luz en la frontal y sacó un disparo clínico que forzó una gran mano abajo de Rulli.
En el 89 entraron Yeremy Pino y Dia por Danjuma y Chukwueze para jugar lo poco que quedaba y en ese tramo el canario lo hizo francamente bien lo cual me lleva a penar que Emery pudo haberlo metido antes.
Terminó el partido con un empate a 1 en La Cerámica que deja muy vivo al Villarreal de cara a la vuelta en Turín y donde, si sabe jugar bien sus cartas, puede certificar el pase a los Cuartos de Final de la UEFA Champions League.
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