La Batalla de Kosovo de 1448 marca de alguna manera el epílogo del reinado de Murad II que es, por así decirlo, la tormenta que precede a la gran tormenta que representará el Asedio definitivo de Constantinopla. Es un periodo violento, duro y quizá poco retratado o poco estudiado cuando nos acercamos a este proceso histórico. La figura de Murad II, su pensamiento, sus acciones, sus victorias y su capacidad para aunar a todos los poderes del imperio y ponerlos a trabajar en la misma dirección son fundamentales para entender lo que viene.