Constantino I el Grande fue, posiblemente, uno de los soberanos más importantes de la historia de Europa. Muchas de sus acciones y decisiones tienen sus ecos en algunas realidades que vivimos hoy en día, y a él le debemos, por ejemplo, la elección del cristianismo como religión oficial del imperio Ronamo o la fundación de Constantinopla sobre la antigua colonia griega de Bizancio, una nueva capital para un nuevo Imperio. En este capítulo os contamos su relación con los godos y el papel tan destacado que tuvo en su evolución.